Aceite de pescado ¿Un "súper alimento"?
- Alberto,Diego y Mariana
- 16 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 abr 2020
El aceite de pescado como su propio nombre indica, procede de los tejidos de algunas especies de peces y suele forma parte de nuestra alimentación a través de la ingesta de pescados ricos en omega 3 o suplementos a modo de cápsulas.
La presencia de dicha sustancia ha provocado que el aceite de pescado haya sido considerado durante años un superalimento, ideal para fomentar la actividad muscular o el crecimiento celular.
¿Qué beneficios caracterizan al aceite de pescado?
El alto consumo de aceite de pescado puede disminuir la presión arterial, especialmente en los sujetos hipertensos y de mayor edad. Por otro lado, existen pruebas contundentes de que los ácidos grasos omega 3 pueden reducir los niveles de triglicéridos en sangre de manera significativa. También parece haber una leve mejoría en el colesterol de lipoproteínas de alta densidad. Asimismo, anteriormente hemos expuesto que los ácidos grasos omega 3 tienen un poderoso efecto antiinflamatorio, que puede mejorar el funcionamiento cardiovascular y rebajar el impacto de las enfermedades articulares, beneficiando principalmente a los pacientes con artritis reumatoide.

Lamentablemente, no es oro todo lo que reluce. Sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de estas propiedades podemos encontrarlas también en el resto de alimentos ricos en omega 3, lo que revela que el aceite de pescado quizás no debería destacar entre la multitud. Además, su ingesta y composición también pueden provocar efectos secundarios.
A pesar de los beneficios anteriores, un consumo excesivo e inadecuado de aceite de pescado puede presentar ciertas contraindicaciones. A no ser que el paciente necesite esa ingesta adicional por motivos de salud, la cantidad recomendada nunca debe superar los 500 miligramos al día. ¿El motivo? Sus posibles efectos secundarios.
Diversos estudios aseguran que tomar demasiado aceite de pescado puede resultar dañino si se sigue un tratamiento con anticoagulantes, pues este ingrediente inhibe la coagulación, lo que doblaría el efecto de los medicamentos. A su vez, esto puede desencadenar sangrado en las encías y la nariz.
Los ácidos grasos omega 3 son muy sensibles al daño oxidativo, por eso cuando las partículas de grasa sufren este proceso se descomponen en compuestos que dañan algunas de las estructuras celulares más importantes. Recordemos que el aceite de pescado pasa por un proceso de producción similar al de los aceites de semillas, que pueden incluir tratamientos de carbón, desgomado, blanqueo adsorbente o desodorización, entre otros pasos.
Un exceso de aceite de pescado también puede provocar síntomas tan comunes como el mal aliento, indigestión, náuseas, diarrea o flatulencias.
Además, debido a su alto contenido en grasas -principalmente poliinsaturadas y monoinsaturadas- pueden aumentar las probabilidades de sufrir acidez de estómago, ya que normalmente complican la digestión.
El aceite de pescado también puede reducir los niveles de vitamina E, que es una sustancia antioxidante que previene las enfermedades del corazón y la vista, contribuye al control del colesterol y mejora la resistencia física y la fuerza muscular, entre otras funciones.
Por estos y otros muchos motivos, los expertos alertan a los consumidores sobre las consecuencias de rebasar la cantidad diaria recomendada de aceite de pescado. Además, aconsejan recurrir siempre a los suplementos, en forma de cápsulas o pastillas, bajo la supervisión de un médico. Y, por supuesto, si el objetivo es aumentar la presencia de ácidos grasos omega 3 en la dieta, lo mejor es recurrir directamente a los alimentos que los incluyen en su composición de manera natural, en vez del producto que ha sido extraído de ellos, pues este proceso puede desfigurar por completo la composición del producto.
Comments